Or an experiment on how not to disappear completely
Wednesday, September 3, 2008
Battles en Van
Vengo regresando del concierto de Battles y lo primero que noto es que, aunque me puse mis Hearos, me siguen retumbando los oidos. ¡Qué vatos tan intensos! No puedo decir que me encantó la música - en muchos momentos me sentí más perdido que la primera vez que escuché jazz - pero sin duda me impresionaron. Verlos samplear en vivo, rascando sus guitarras y jalando las teclas de sus sintetizadores, fue cansado hasta para los ojos.
El show duró poco más de una hora, pero al final todos quedamos empapados. Hasta el color de la camisa del guitarrista cambió de color de tanto sudor. Desde la primera rola, quedó claro que Battles se nos iba a meter por los huesos... su sonido era algo inescapable. Tal vez porque no tocan ritmos convencionales, ni estribillos, ni coros, ni algo predecible, su show exige la máxima atención del público. Para mi, la atención se convirtió rápidamente en asombro cuando me di cuenta de la cantidad de cosas que suceden en el escenario a la vez!
El guitarrista principal se la pasa sampleando riffs mínimos, los mezcla con gritos en un micrófono, y luego les graba encima un piano...y todo mientras lleva el ritmo con la mano derecha y dirige al baterista. El baterista vive con la mirada clavada entre sus piernas, en un trance que parece irrompible hasta que se levanta de vez en cuando para pegarle a un platillo que le queda muy elevado. El bajista le agrega finísimas notas de bajo a la mezcla, las samplea, las distorsiona y se la pasa jugando con la velocidad de la grabación. Y la mano del otro guitarrista se la pasa haciendo puente entre dos sintetizadores y las cuerdas de la guitarra. En fin, en vivo son impresionantes.
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